Como en cada año, la llegada de un nuevo ciclo, suponen una clara invitación para la reflexión sincera y, con ello, la búsqueda de vías de mejora en nuestro crecimiento personal y profesional, siendo normal y lógico que, como abogados, no podamos sustraernos a esta sana costumbre.
Y esto es así ya que durante estos días disponemos de la tranquilidad y de la visión de un claro marco temporal en el que han acaecido multitud de acontecimientos, unos buenos y otros no tan buenos, los cuales indudablemente nos habrán marcado de alguna forma, por lo que sin duda nos motivarán a tomar de decisiones para mejorar, si cabe, lo bien hecho; corregir nuestros errores pasados y, ¿por qué no? aventurarnos en nuevos proyectos.
Lógicamente, los nuevos proyectos variarán notablemente de uno a otro profesional, si bien, en mi opinión, teniendo presente como está el patio, se darán una serie de, llamémosles temas, que compartirán muchos de los compañeros que participan en la abogacía a través de un despacho profesional y que hemos venido tratando en nuestro blog durante este año.
En este nuestro último post de 2012, me gustaría destacar con un decálogo aquellas materias en las que entiendo que los abogados deben reflexionar de cara a un nuevo ejercicio que promete ser tan difícil como el que cerramos en estos días.
Comencemos pues:
1º.- Diseñar estrategias: El abogado tiene que estar continuamente replanteándose tanto la situación de su despacho como su situación profesional. El análisis, la reflexión seria y la puesta en acción de todo tipo de medidas estratégicas es fundamental.
2º.- Planificar: Si bien estaríamos frente a una medida estratégica, debe significarse la necesidad de aprender a planificar, especialmente desde una perspectiva económica, pues sólo de esta forma dispondremos de la información relevante para la adecuada toma de medidas.
3º.- Fidelizar a los clientes: Nunca nos cansaremos de llamar la atención sobre la importancia y bondades de mantener a nuestros clientes contentos y satisfechos con nuestros servicios a través de una atención permanente y personalizada.
4º.- Captar nuevos clientes: Tan necesario como la fidelización, la puesta en marcha de estrategias de captación de nuevos clientes es vital para la futura supervivencia de la firma. Ante el actual panorama, hay que ser aventurado e imaginativo.
5º.- Salir e interactuar: El abogado no puede quedarse encerrado en su torre de marfil, limitándose a salir sólo cuando tenga que asistir a los Juzgados. La única forma de estar vivo en esta profesión es manteniendo el contacto permanente con el exterior. Por ahí fuera tienen que conocernos.
6º.- Estudiar: El abogado debe estudiar diariamente a través de una actualización permanente. Por mucha experiencia que se tenga, siempre hay material nuevo que conocer y que nos aportará información esencial para no quedarnos atrás.
7º.- Formarse: Correlativo a lo anterior, debemos examinar en qué queremos destacar o mejorar; si conocemos la habilidad que nos hace diferentes, hay que mejorarla a través de la formación. Si deseamos conocer un nuevo campo, aventurémonos a ello.
8º.- Nunca venirse abajo: Los abogados nos vemos rodeados de conflictos y tensión, y en menor medida de emociones positivas que, si se dan, duran poco. Sin embargo, los abogados estamos obligados a sortear rápidamente los obstáculos que surgirán con una actitud realista y positiva.
9º.- Conciliar el trabajo y la vida familiar: Ser un magnífico abogado no está reñido con disponer de tiempo para el ocio y la familia. Tenemos que arbitrar momentos que nos permitan disfrutar de la otra cara de la vida como premisa para triunfar en las dos.
10º.- Confía en tu intuición y reinvéntate: Y, cómo no, si nada de esto puede funcionar; si las cosas no van bien; si ha llegado la hora de cambiar, no lo dudes y llévalo a cabo por muy difícil que lo veas. Por suerte, los abogados tenemos una piel muy dura que sin duda te ayudará a alcanzar con éxito tú nueva meta.
Artículo extraído de:
www.legaltoday.com
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